La resistencia pacífica del campesinado de la Laguna Parón triunfa por tercer año
Los comuneros piden más compromiso institucional para preservar el equilibrio ecológico y social que proporciona el embalse
La oposición pacífica de la comunidad campesina de Parón sigue triunfando por tercer año consecutivo frente a las ambiciones de la empresa hidroeléctrica estadounidense, Duke Energy, que ha tratado de apropiarse de la riqueza hídrica existente en la cuenca Parón-Llullán, en el departamento de Ancash.
La Comunidad Campesina Cruz de Mayo, junto a numerosos agricultores de la zona, turistas y representantes políticos locales, celebró el 29 de julio en la Laguna Parón (municipio de Caraz) la recuperación de este embalse por parte del estado peruano, aunque continúa reclamando una mayor involucración de las instituciones para crear mecanismos que impidan que la corporación estadounidense haga uso del agua comprometiendo el equilibrio ecológico y social.
Si bien el pasado 9 de mayo el Tribunal Constitucional (TC) de Perú restituyó la licencia de uso del agua a Duke Energy junto a sus instalaciones en la Laguna Parón, la comunidad campesina y el colectivo de regantes reclaman al Ministerio de Agricultura y a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) que se pronuncien sobre esta decisión por la inseguridad y las dificultades que ya ha propiciado en el pasado el uso abusivo del agua de la laguna.
Los campesinos soportaron desde 1994 hasta 2008 las arbitrariedades de la hidroeléctrica, que manejaba el caudal de agua a su antojo. La empresa contaba con autorización para soltar 5’5 metros cúbicos (5.500 litros) por segundo, un volumen de agua que destruía inexorablemente las acequias de los agricultores y sus sembríos.
Estas cantidades de agua eran gestionadas sin atender a criterios de sostenibilidad del acuífero, lo que ocasionó que la Laguna Parón, que también es un atractivo turístico en la zona, registrase niveles de llenado mínimos, poniendo en grave riesgo los glaciares que de ella dependen, los cuales ya se encuentran afectados por el cambio climático global.
Desidia institucional
Ante la desidia mostrada por las instituciones del Gobierno saliente, cuyo Ministerio de Agricultura y ANA no asumieron sus responsabilidades al no conformar un Comité de Gestión de la sub cuenca Parón-Llullán, los agricultores se organizaron para proteger la Laguna Parón y su medio de vida.
De haberse conformado este comité con delegaciones del Estado, la comunidad campesina, el colectivo de usuarios y la empresa, se podría haber constituido un espacio de encuentro y negociación entre los diversos actores que hubiera facilitado la solución a la problemática.
Es por ello que, la creación urgente de dicho comité es una de las principales peticiones de la Comunidad Campesina Cruz de Mayo, a fin de garantizar el buen manejo y la sostenibilidad de los recursos hídricos.
Por otro lado, ninguna institución dio a conocer durante el proceso legal conducido por el TC los daños y perjuicios ocasionados por las actividades de la empresa hidroeléctrica a los campesinos, motivo por el cual la comunidad también reclama sendos estudios que estimen las pérdidas padecidas y un balance hídrico de la Laguna Parón o de la disponibilidad hídrica en la sub cuenca.
Proceso penal
Tres dirigentes comuneros y otros cinco regantes se encuentran procesados desde la recuperación de la laguna acusados de promover la resistencia opuesta por los campesinos, por lo que podrían enfrentarse a penas de prisión a pesar de que la oposición mostrada fue siempre pacífica.
La comunidad tiene fe en la justicia y espera que el proceso legal tenga una resolución justa e imparcial que no castigue a quienes defendían su fuente de vida por medio de las palabras y la búsqueda del diálogo.
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